Al inicio del confinamiento era casi lo único que se veía circular por las calles: las bicicletas.
La falta de coches, y la sensación de que son más seguras contra el virus que el transporte público, incentivaron su uso y no ha disminuido durante la desescalada.
De hecho, en mayo su venta se ha disparado hasta multiplicarse un 1.600% respecto respecto al año anterior.
Algunos ayuntamientos, como el de Madrid o Valencia, darán ayudas para su compra.
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